Nues­tra primera expe­ri­en­cia del año con las famil­ias nuevas fue mar­avil­losa y grata. Como cada año, es la opor­tu­nidad que ten­emos padres y maes­tras de comen­zar a estrechar nue­stros vín­cu­los de con­fi­anza y com­pro­miso mutuo de tra­ba­jar con el corazón en bien del sano crec­imiento emo­cional y académico de la primera infan­cia de nue­stros niños.

De paso es la invitación para aque­l­las famil­ias que vivieron igual expe­ri­en­cia en años ante­ri­ores para que per­sis­tan con nosotros en el propósito con­junto de hacer de la etapa preesco­lar una expe­ri­en­cia que solo es posi­ble en cen­tros de edu­cación ded­i­cadas por entero a tra­ba­jar con el corazón por la primera infancia.

Te invi­ta­mos para que vis­ites el enlace.

Salu­dos.

Juanita.